Cuidados de la Almohada
Mantenimiento: recomendamos el uso de una funda protectora, adicional a la que trae la almohada. La funda protege la almohada del polvo, la suciedad y la humedad, lo que aumenta su vida útil.
Recomendamos, cambiar y lavar la funda al menos una vez por semana.
Ventilación: Si la almohada no se puede lavar, podés ventilarla al aire libre periódicamente quitando la funda. Esto ayudará a eliminar la humedad y los olores, extendiendo así, su vida útil.
Es importante también ventilar la habitación en general para evitar la humedad en telas, colchón y mantas. La humedad y el calor pueden fomentar el crecimiento de moho y ácaros del polvo.
Lavado de la almohada: Verificar si tu modelo de almohada puede ser lavado. Cada almohada tiene sus propias instrucciones específicas de cuidado. Las almohadas de plumas, plumas sintéticas, fibra o espuma de memoria se pueden lavar en casa, siguiendo las instrucciones del fabricante. Dejá secar la almohada según las indicaciones en la secadora o al aire libre. Evita el calor excesivo que puede dañarla.
Rotación: Cambiar la posición de la almohada regularmente para que el desgaste del uso sea de manera uniforme.
Evita fumar en la cama: El humo del cigarrillo mancha la almohada y afecta la calidad del sueño.
Evita comer en la cama: Las migas y las manchas de alimentos pueden dañar la almohada y atraer ácaros del polvo.
En caso de sudor excesivo: Cambiar con frecuencia la funda de almohada favorece el cuidado de la almohada.
Siguiendo estos consejos, podés mantener tu almohada limpia y cómoda por más tiempo.